
Para ser sinceros, no acabo de entender muy bien el problema que ha surgido entre el Cineclub (sito en el antiguo cine Moderno) y el Ayuntamiento. Parece ser que todo se reduce a un tema de presupuestos y subvenciones, necesarias para que esta ya veterana institución pueda seguir funcionando.
Por lo visto, este año se les ofrecía la mitad del dinero que recibieron la temporada pasada y no les hizo mucha gracia, por lo que protestaron formalmente. Todavía andan discutiendo sobre si al final no lo aceptaron (como dice la concejala de Cultura) o directamente no se lo concedieron. El caso es que el dinero no ha llegado y parece que el Cineclub se puede ir al garete tras 32 años de existencia. Lógicamente, uno de los bandos miente y eso es algo que sospecho que tendrá que decidir finalmente un juez.
Pero lleve quien lleve razón, lo triste es que entre pitos y flautas puede que esté a punto de desaparecer el último cine en activo del centro de Guadalajara. El Luengo es ahora un edificio de oficinas y el Imperio una ruina (que está pidiendo a gritos una segunda oportunidad), sólo queda el Moderno. Un paso más hacia la progresiva muerte de la ciudad como ente propio, hacia su transformación definitiva en ciudad-dormitorio de Madrid. ¿De verdad en una ciudad con más de 80.000 habitantes sólo hacen falta unos multicines?, ¿Nadie va a añorar un local, como el Cineclub, en el que se pueden ver películas fuera de cartelera a un precio razonable?
Es más, aparte del Cineclub, que suele apostar por títulos más culturales, ¿no estaría bien tener un local en el que poder volver a ver películas como Superman, El Padrino o La Última Cruzada, por poner tres ejemplos, en pantalla grande? Y con palomitas de las rancias, a poder ser, de las que se vendían dentro de una bolsa de plástico... Ver más...



