Volvemos a uno de los
principales parques de
Guadalajara, si no el principal, para hablar sobre el palomar, ese gran desconocido. Porque, ¿para qué sirve
exactamente?, ¿Para guardar cosas?, ¿Para asustar a los niños?, ¿Para que orine la peña Caracol?, ¿Para experimentar con cultivos
mutantes en ese
huertecito que tiene?, ¿Para dar cobijo a
Candyman?, ¿Para hacer bonito?
No, está claro que para hacer bonito no sirve porque además está lleno de pintadas y parece más sacado del
Bronx que de un parque con vocación infantil. Y esa es otra, ya que no sabemos
para que diablos sirve, podía al menos quedar bien. Pero no, el abandono es patente y le da un aspecto de suciedad al parque que para si querrían muchos suburbios.
Se conoce que ya puestos a copiar a los americanos en todo (que está muy bien, yo devoro hamburguesas y me pirra el cine comercial), hemos decidido que nuestros parques también tienen que parecer presos de las bandas callejeras. Total, si los niños habíamos quedado ya en que no cuentan.
P. D. Un poco de
feedback: sí, cierto, muy cierto. A mí también me pone enfermo el semáforo del puente árabe porque a la mínima siempre pitan los de detrás. En cuanto pueda, vuelvo a bajar a la zona.
Anímense a mandar más quejas por aquí o por el
mail (lacanica@ono.com), que cuanto más contenido tenga, más ruido hará esto.
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