jueves, 7 de mayo de 2009

Piratas...

Prometo que iba a romper una lanza en favor de las mentes pensantes del Ayuntamiento con lo del plan para revitalizar el centro, pero es que he pasado hoy por el Jardinillo y se me ha caído el alma a los pies de lo paletos que llegan a ser en ocasiones.

Para empezar, después de anunciar a bombo y platillo que van a usar la tecnología Bluetooth para dinamizar el centro, resulta que sólo ponen un aparato que ni siquiera da a basto (o no funciona) porque no escupe nada. Bueno, vale, mucho tráfico para poca neurona. Pero si apuestan por utilizar esa clase de aparatos, ¿para que demonios imprimen 30.000 panfletos, presumiendo encima de ello? Pero vamos a ver, almas de cántaro, si usáis el Bluetooth ahorraros los panfletos y no derrochéis papel como zánganos. Y si usáis folletos, no pongáis una triste máquina de Bluetooth para llamar la atención y aparentar un apego por las nuevas tecnologías que es evidente que no tenéis.

Pero lo mejor viene ahora, ¿cuál es el brillante plan del Ayuntamiento para revitalizar el centro? Vestir a dos pobrecicos de piratas y ponerles a repartir canicas (sí, canicas) por el centro para que las cambien por regalos en las tienda. Vamos a ver... ¿qué coj... narices pintan dos piratas en Guadalajara? Quiero decir, ¿por qué piratas y no ornitorrincos, por ejemplo? Vergüenza ajena me ha dado verles pasear disfrazados por la calle Mayor. Ver más...

lunes, 4 de mayo de 2009

Echando humo

Pues vaya, tenía un par de temas que tratar hoy (los adelanto, caerán el miércoles y el viernes: la decisión de Román de potenciar la vidilla en el centro y el comienzo de las obras de remodelación de San Miguel), pero resulta que me he encontrado un señor incendio esta tarde y me ha parecido curioso. Sobre todo porque se ha extendido y ha llegado al INEM. Ya lo dicen las noticias: el paro está que arde.

En fin, que se ha formado una humareda de padre y muy señor mío, pero no ha debido haber ningún herido ni afectado por el humo. Se conoce, por lo que me han comentado los trabajadores de las pistas del Jerónimo de la Morena, que han sido unos rastrojos que se han prendido al lado. Que conste que yo no he sido.

Por cierto, hablando del Jerónimo de la Morena, ¿costaba tanto orientar las pistas de tenis para que no se quedasen los jugadores ciegos al atardecer? ¡Cada saque es una dioptría de más!

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