miércoles, 18 de febrero de 2009

El Missisippi


El otro día comentaba de pasada lo mucho que echo de menos los cines antiguos de Guadalajara, los del centro, donde pude disfrutar de peliculones como Drácula o Parque Jurásico. Pues bien, de un tiempo a esta parte cada vez que me dispongo a cruzar con el coche a la plaza de la Diputación desde la de Marlasca, me acuerdo de otro pasaje de mi infancia: las ferias.
Sí, porque cada vez que atravieso el paso de cebra me acuerdo del Missisippi, aquel falso barco lleno de pruebas donde a cada paso que dabas el suelo parecía desaparecer debajo de tus pies. Desconozco si este año habrá vuelto esa atracción, porque con la mayoría de peñas en el casco antiguo, apenas llegué a pisarlo; pero he recuperado esa sensación de incertidumbre gracias al pavimentado del citado paso de cebra. Vamos, que lleva un tiempo hecho puré.
El caso es que al principio apenas se notaba, pero con el paso de las semanas ha ido agrandándose el problema y ya es un cachondeo. Con lo que molestan esas cosas cuando llueve y lo pisas, que no solo te mojas como en un charco, sino que encima te salpicas enterito. En fin, que por lo menos le pone emoción, a ver cuando paso andando y me tuerzo un tobillo.

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lunes, 16 de febrero de 2009

Soterrarlos pa' nah...


Antes de nada, gracias a mi sobrina por sacarme las fotos, porque me ha permitido echarme una señora siesta. Respecto a las fotos en sí, vienen a decir algo parecido a lo que decía el folleto que acompañaba a las famosas pulseritas: hemos fracaso con la gestion de las basuras.
Es evidente que los contenedores soterrados funcionan más mal que bien, así que aquí, en un costado de la delegación de Hacienda, en una de las salidas de la calle mayor, han decidido rendirse a lo evidente y han vuelto a los contenedores de siempre. En cualquier otro caso podría argumentarse que rectificar es de sabios, pero cuando se trata de algo que ha costado tanto dinero, que ha supuesto obras y molestias, que ha restado plazas de aparcamiento y que encima ha colaborado a ensuciar aún más el aspecto del centro, cuesta tomárselo con filosofía.
Ya se sabe, más vale malo conocido...

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