Hay calles en Guadalajara que son como el perro del hortelano, ni benefician a los conductores, ni a los peatones. Tal es el caso de Manuel Medrano, por cuyas aceras no cabe un peatón más grueso que Kate Moss y donde peligran muchas veces los retrovisores de los coches más anchos. La culpa es de los vehículos mal estacionados, obviamente, pero puestos a perder de todas formas la acera derecha, podrían quitarla y poner zona azul, liberando la carretera y dejando espacio a los peatones por la izquierda.
Y de paso, podían reasfaltarla. Vamos, digo yo.
Y ya puestos, arreglar un poco sus aceras, ¿no?
capitulo 159. Y ESTE SÁBADO, BOLO.
Hace 12 años
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