El árbol del ahorcado

Vale, no es que sobren árboles en Guadalajara, pero eso no quita que haya algunos que... en fin, supongo que con una poda sería suficiente. Este en concreto, situado en la Travesía de San Miguel, ya puede servir de puente para que las ardillas más frioleras del solar en el que se encuentra se muden a las terrazas de los vecinos de enfrente. Y los peatones que atraviesen la calle (si es que caben por la acera), pueden entretenerse bailando el limbo para no darse en la cabeza.

Entiendo que debe ser propiedad privada, pero, diablos, está invadiendo espacio público.