Hace más de medio siglo, que yo sepa, que la postguerra pasó por Guadalajara, pero aún existen calles que se empeñan en traicionar mi 'memoria histórica'. Esta en concreto es de mis favoritas, porque transito a menudo por ella para atajar el perpetuo atasco de la antigua carretera de Zaragoza.
Nunca deja de sorprenderme lo descuidada que puede estar una capital de provincia española en pleno sigo XXI. Y no hablo de una calle del extrarradio, no, porque la calle Santander se encuentra pegada a Bejanque, prácticamente el centro neurálgico de nuestra ciudad. El tráfico es de doble sentido y, desde Santa María, se accede a ella girando por la curva innecesariamente cerrada de la primera foto.
Parece una especie de gran laguna seca en mitad de la calle, algo que tiene mucho sentido si subimos la cuesta hacia Bejanque, donde se encuentra el 'río desecado' que podemos observar en las siguientes fotos.
Quizás sea una especie de obra de arte que nosotros, los incultos ciudadanos, nos empeñamos en machacar con nuestros coches. No sería tan extraño si recordamos los famosos 'cubos de Santo Domingo', surgidos de la nada en mitad de la noche y destrozados a la mañana siguiente por los feroces niños alcarreños y sus despistados padres. Pero en ese caso, ¿el resto de baches a qué responden? La pareidolia no termina de funcionar en las siguientes fotos...
La pregunta ahora es: ¿tardare mucho en actualizar con las fotos de la calle Santander asfaltada como si perteneciera a una ciudad de verdad? La respuesta en este, su blog, quién sabe cuando.
capitulo 159. Y ESTE SÁBADO, BOLO.
Hace 12 años
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